El Mysore Yoga se refiere a la ciudad de Mysore, donde el gurú Sri. K. Pattabhi Jois enseñó por más de 60 años Ashtanga Yoga, siguiendo un estilo particular.
Te contamos cuáles son las diferencias principales de este tipo de yoga.
¿Cuáles son las diferencias entre el Mysore Yoga y el Yoga clásico?
Para empezar, la clase no enseña a todos los alumnos igual: el instructor va explicando a cada alumno según su nivel, en el entorno de una clase grupal. Los estudiantes practican las asanas a su propio ritmo, mientras que el maestro explica ajustes físicos e instrucciones verbales.
En la práctica, los estudiantes aprenden a combinar las asanas de yoga con la respiración y el sonido. Durante el Vinyasa hay una continuidad a través de la respiración entre asana y asana.
Los estudiantes reciben su rutina de yoga adaptada a su capacidad. A medida que se toma fuerza, resistencia, flexibilidad y concentración, se suman asanas adicionales. Se toma esta rutina como una práctica espiritual. Cada asana tiene un orden secuencial, que debe realizarse asana a asana, y al finalizar volver a repetirlas al revés.
La clave está en que los estudiantes hagan su “propia práctica”, trabajando de forma individual.
¿Cómo es una clase de Mysore Yoga?
Al comienzo de la clase, el maestro reúne a todos los alumnos en un canto de apertura. Luego, se van desarrollando las diferentes series personalizadas; y diez minutos antes de que finalice la clase, todos lo alumnos toman la postura del cadáver, y finalmente se cierra la clase con el canto de cierre. Se pueden realizar algunos calentamientos y estiramientos antes de comenzar la clase.
Ten en cuenta que las clases de Mysore Yoga duran cuatro horas, pero eso no implica que tengas que estar allí todo ese tiempo —es más, no está recomendado—. Lo ideal es practicar entre hora y media y dos horas.
¿Cómo son las series?
Para empezar, se realizan una serie de asanas de saludos del sol, las posturas de pie, y luego las posturas específicas asignadas. Se finaliza con la pose de cadáver.
Las diferentes series están creadas para abordar diferentes aspectos; por ejemplo, la serie primaria es la de puesta a tierra, la intermedia para limpiar los nadis y calmar el sistema nervioso, y la avanzada desarrolla la fuerza de base.
Si se practica más de una serie, se alternan las series para una práctica equilibrada. Lo ideal es comenzar con una o dos asanas nuevas al final.
Las series están diseñadas para preparar el cuerpo para las posturas que le siguen, sin estar mentalmente disperso o emocionalmente desequilibrado. Además, de esta forma están todas las posturas cubiertas, y no podemos saltarnos las que no nos gustan.
¿Conocías la práctica del Mysore Yoga? ¿Te gustaría practicarlo?