A la cabeza de la tendencia organic & natural se encuentra el aceite de coco. Para cocinar, para el rostro y la piel de todo el cuerpo… la cantidad de usos es innumerable, pero a continuación nos animamos a compilar los que no puedes dejar de probar.
El aceite de coco posee una cantidad inusualmente alta de ácido laurico (más de 50%) que es anti-viral (ayuda a tratar herpes, acné y verrugas) y se encuentra en la leche materna. También tiene una dosis muy alta de Vitamina E y propiedades antimicrobiales y antibacteriales. Se dice que puede ayudar a prevenir infecciones del tracto urinario, por ejemplo. Su estructura molecular permite una penetración súper rápida en tus folículos para humectar y acelerar la velocidad de recambio de células. Por esto es ideal para tratamientos de rejuvenecimiento. Tiene alto contenido de antioxidantes, previene el envejecimiento y aminora el enrojecimiento y las manchas causados por la exposición solar.
Es así que puedes utilizarlo en la cocina, reemplazando al aceite común en todas tus comidas. ¡Esto sumará muchos nutrientes a tu dieta con muy poco esfuerzo!
Uno de nuestros usos preferidos directamente sobre la piel, ya sea en zonas específicas para tratar algo puntual o cubriendo un amplio espectro para lograr una humectación inigualable. Es recomendable usarlo antes de la ducha para así lavar el exceso, pero también puedes tomar un poco con tu mano y disolverlo en un delicioso baño de inmersión. O simplemente reemplaza tu crema humectante habitual por él. De cualquier manera, ¡tu piel quedará súper suave!
Para el cabello, puedes usarlo como una mascarilla antes de ir a dormir, y luego lavarlo al levantarte, o simplemente ponértelo antes de entrar a la ducha. Cuanto más tiempo lo dejes antes de lavarlo, más intensivo será el tratamiento. Antes de aplicarlo puedes usar tus manos para calentarlo y derretirlo, o bien colocar varias cucharadas en un bowl y calentarlo en el microondas. De acuerdo a tu necesidad, puedes usarlo en las puntas o masajearlo en el cuero cabelludo. Te ayudará tanto a mejorar la humectación y textura como el crecimiento de tu cabello.
Para el tratamiento post-solar, es ideal. Úsalo en la cantidad que quieras, donde quieras, para prevenir el daño a la piel luego de exponerte al sol.
Sobre lastimaduras, picaduras de mosquitos u otros insectos, por su efecto cicatrizante.
Sus cualidades lo convierten en un removedor de maquillaje ideal. Simplemente disuélvelo entre tus manos, aplícalo sobre tu cara y luego quítalo con un algodón.
También puedes ponerte creativa: siéntete libre de probarlo sobre cualquier zona y encontrar el uso que mejor se ajusta a tu tipo de piel y sus necesidades. Sólo recuerda que siempre conviene comprarlo en su versión no refinada y orgánica.